Tragedia en La Mata: Falleció “El Catire” tras colisión de frente entre motos saliendo de su local
Testigos afirman que la otro moto venía huyendo de un puesto de control vial en Cabudare.
Este sábado 28 de diciembre Cabudare se vio sacudida por un trágico accidente que cobró la vida de un querido vecino, conocido cariñosamente como “El Catire”. El siniestro ocurrió alrededor de las 02:50 p.m. en la Calle 5 entre Av. 1 y 2 de la Urbanización La Mata, cuando dos motos colisionaron de frente.
A pesar de la rápida llegada de la ambulancia del Cuerpo de Bomberos del municipio Palavecino, que arribó apenas cinco minutos después del accidente, y de los esfuerzos por aplicar los primeros auxilios, los testigos en el lugar describieron una escena desgarradora con mucha sangre y exposición de masa craneoencefálica debido al impacto de la cabeza de “El Catire” (Orlando Giménez de 52 años) contra el pavimento. A pesar de la gravedad de sus heridas, incluyendo fractura del pie derecho, el Señor Giménez permaneció lúcido y respondía a preguntas.
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Fue trasladado de urgencia en primera instancia al Ambulatorio “Don Felipe Ponte Hernández” de Cabudare y posteriormente al Hospital Central Universitario “Dr. Antonio María Pineda” (HCUAMP) de Barquisimeto, donde lamentablemente, a las 06:30 p.m., se confirmó su fallecimiento, dejando a una familia cabudareña en luto en vísperas del fin de año.
UNA VERSIÓN DE LOS HECHOS
Según una testigo ocular, los ocupantes de la otra moto (Yeison Ballesteros de 21 años y Hector Ramos de 18 años), iban en una SBR 2024 de color rosado, tuvieron traumatismos generalizados sin mayores consideraciones de gravedad. Se informó que estos jóvenes eran perseguidos por la Policía por no llevar cascos y, en su intento de huida, colisionaron con Orlando Giménez. A pesar de que algunos intentan culpar a “El Catire” por no llevar casco, testigos aseguran que sí lo llevaba puesto en el momento del accidente.
“El Catire” deja a un hijo de 20 años huérfano, ya que hace apenas dos meses había perdido a su esposa a causa de un presunto dengue hemorrágico. Era conocido en la comunidad por su puesto en la misma cuadra del accidente, donde arreglaba y vendía bicicletas, además de sacar llaves. Una vecina comentó con tristeza: “Por imprudencia de otros, pagan los inocentes”.
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